Cuando se firma un contrato de alquiler, tanto propietarios como inquilinos deben conocer las condiciones de la fianza, un depósito económico que actúa como garantía del cumplimiento del contrato. Su función principal es cubrir posibles daños en la vivienda, pero también se puede utilizar para compensar incumplimientos contractuales, como el abandono anticipado del inmueble antes del tiempo pactado.
En este reportaje, analizamos en detalle los aspectos clave de la fianza en los contratos de alquiler, desde cuánto se debe entregar hasta en qué casos puede ser retenida por el arrendador.

Plazos de Devolución de la Fianza: Un Mes para su Reintegro
La normativa establece que el propietario tiene un mes desde la finalización del contrato para devolver la fianza al inquilino. Durante este tiempo, debe revisar el estado del inmueble y asegurarse de que no existen impagos en los suministros.
Si el arrendador no devuelve la fianza en el plazo establecido, el inquilino tiene derecho a reclamar intereses por la demora.
Es importante que los inquilinos sean conscientes de este derecho y, si la devolución de la fianza se retrasa injustificadamente, pueden exigir los intereses generados a partir del primer mes tras la finalización del contrato.

¿Cuánto se Debe Pedir de Fianza? Depende del Tipo de Contrato
El importe de la fianza varía según el tipo de contrato de arrendamiento:
1. Contratos de alquiler de larga duración: La ley exige un mes de fianza, aunque el propietario puede solicitar hasta dos meses adicionales en concepto de garantía complementaria.
2. Contratos de alquiler temporal: En estos casos, la normativa establece que se deben solicitar dos meses de fianza, con la posibilidad de añadir hasta un mes más como garantía extra.
3. Alquileres turísticos o de corta estancia: No existe una regulación fija sobre la fianza, sino que esta se pacta entre las partes. En la práctica, lo habitual es que el propietario exija entre 200 y 500 euros por unos 10 días de alquiler, aunque esta cantidad puede variar en función del valor del inmueble y los servicios incluidos.
La Fianza También Sirve para Cubrir Incumplimientos del Contrato
Además de su función para cubrir daños en la vivienda, la fianza también puede utilizarse para compensar cualquier incumplimiento contractual por parte del inquilino.
Un caso frecuente es el abandono anticipado de la vivienda antes de la fecha pactada en el contrato. En muchos contratos de alquiler, se establece una duración mínima y, si el inquilino decide marcharse antes sin previo acuerdo con el propietario, este puede retener parte o la totalidad de la fianza para cubrir los perjuicios ocasionados.
Otros incumplimientos que pueden justificar la retención de la fianza incluyen:
- Falta de pago del alquiler o suministros.
- Uso indebido de la vivienda (subarrendamiento no autorizado, actividades prohibidas, etc.).
- Realización de modificaciones en el inmueble sin permiso del propietario.
- Incumplimiento de normas de convivencia si han generado problemas con la comunidad de vecinos.
Por ello, los inquilinos deben leer detenidamente el contrato y asegurarse de cumplir con todas sus obligaciones para evitar perder parte o la totalidad de su fianza.

La Importancia de Revisar la Vivienda Antes de Devolver la Fianza
Uno de los errores más comunes que cometen algunos propietarios es devolver la fianza el mismo día en que el inquilino entrega las llaves. Esto es una práctica desaconsejable, ya que no permite realizar una inspección detallada del estado del inmueble.
Es recomendable que el propietario se tome su tiempo para revisar la vivienda en profundidad y asegurarse de que no existen desperfectos o elementos faltantes. En muchos casos, hay daños que pasan desapercibidos en un primer momento, pero que se detectan después de una inspección más minuciosa.
Algunas incidencias comunes que pueden aparecer tras la entrega de llaves incluyen:
- Muebles rotos o en mal estado.
- Electrodomésticos averiados por un uso inadecuado.
- Faltantes de objetos, como lámparas, cortinas o pequeños electrodomésticos.
- Manchas o desperfectos en paredes y suelos.
Por esta razón, se recomienda no devolver la fianza inmediatamente, sino después de haber realizado una revisión completa del inmueble.

El Pago de los Suministros Antes de la Devolución de la Fianza
Antes de reintegrar la fianza, el propietario debe verificar que el inquilino ha pagado todas las facturas de luz, agua, gas, Wi-Fi y otros servicios contratados.
En muchos casos, los contratos de suministro tienen una facturación posterior a la salida del inquilino, por lo que es recomendable esperar a que se liquiden todos los pagos antes de devolver la fianza.
¿Cuándo Puede Retenerse la Fianza?
El propietario puede retener parcial o totalmente la fianza en los siguientes casos:
- Si el inquilino ha dejado facturas de suministros sin pagar.
- Si existen desperfectos en la vivienda más allá del desgaste natural.
- Si ha incumplido el contrato (abandono anticipado, subarrendamiento no autorizado, etc.).
- Si hay daños en el mobiliario o electrodomésticos.
Es importante que el propietario justifique la retención de la fianza con pruebas, como fotografías del estado del inmueble, facturas de reparación o informes periciales.

Conclusión: Una Gestión Responsable de la Fianza para Evitar Problemas
La fianza es un elemento clave en cualquier contrato de alquiler y su correcta gestión evita conflictos entre propietarios e inquilinos. Para que el proceso sea justo y transparente, se recomienda seguir estas pautas:
- Hacer un inventario detallado de la vivienda antes de la entrada del inquilino.
- Esperar a recibir las últimas facturas de suministros antes de devolver la fianza.
- Revisar a fondo la vivienda antes de proceder al reembolso.
- No apresurarse a devolver la fianza el mismo día de la entrega de llaves.
- Cumplir con las cláusulas del contrato para evitar la retención de la fianza.
Siguiendo estas recomendaciones, tanto propietarios como inquilinos podrán evitar conflictos y garantizar una relación de arrendamiento justa y transparente.